Vivimos en la era digital, una era que se adapta constantemente a las necesidades de la sociedad actual. Sin duda, una de estas necesidades es la de mejorar la conectividad, la cual puede traducirse en: la reducción de la latencia (retrasos temporales en la conexión a internet), el aumento del soporte de la red para mantener conectados a más usuarios al mismo tiempo, la posibilidad de descargar contenido pesado en menor tiempo o la adaptación de la red para permitir el uso de aplicaciones, como videojuegos, con mayor velocidad y sin interrupciones.

Ante esta situación, la red 5G se presenta como la solución a los problemas de conexión. Esta quinta generación de tecnología ha producido una gran expectativa alrededor de sus ventajas. Se espera que beneficie tanto a los usuarios tradicionales de telefonía móvil, como a las marcas, ya que:

• Aumentará la velocidad en la trasmisión de datos.
• Facilitará la visualización de anuncios en alta resolución (de 4K y hasta de 8K).
• Mejorará la conexión a la web.
• Soportará más equipos que la red 4G conectados al mismo tiempo.
• Impulsará el desarrollo de la realidad aumentada y virtual, actualmente limitadas por la velocidad de conexión.
• Posibilitará el control remoto en tiempo real de millones de objetos conectados a internet.

Una gran noticia que acompaña al lanzamiento de la red 5G es su implantación en las smart cities, ciudades que buscan gestionar en tiempo real los semáforos, las cámaras de seguridad y otras cuestiones, con el objetivo de reducir los accidentes en las vías públicas. La introducción de esta red hará que estas ciudades, como por ejemplo Tokyo, Londres y Nueva York, ofrezcan una mejor conexión a internet a sus habitantes. Además, impulsará la instalación de nuevas tecnologías en lugares públicos, para facilitar y mejorar procesos como el cobro de boletos en el transporte público, el acceso a libros en línea dentro de las escuelas, entre otros.

Se espera que la red 5G sea lanzada este 2019 en Estados Unidos, Reino Unido, China, Japón y Corea del Sur. El resto del mundo tendrá que esperar hasta 2020 para que se inicien las obras para su debida instalación.