jueves, junio 9, 2016

Las películas y cineastas latinoamericanos victoriosos en Cannes

Jonathan Blum

El Festival de Cine de Cannes nos sorprende año tras año con la calidad de directores y de las películas que aspiran a una Palma de Oro y a la inmortalización en lo más selecto del cine universal.

A lo largo de la historia, en este certamen se han presentado cientos de películas que han generado múltiples emociones entre los espectadores. Entre los rodajes destacados, se encuentran los producidos y elaborados por cineastas latinoamericanos.

Nuestro continente, en especial, nuestra región geográfica, se convierte en un escenario perfecto para que el cine sea una herramienta perfecta para comunicar expresiones sociales enmarcadas desde diferentes perspectivas conceptuales, tales como el romance, musicales, acción y hasta denuncias sociales y políticas.

A continuación, les presento el listado de producciones y/o actores ganadores según el país de origen:

México

2015: Chronic, de Michel Franco (premio a Mejor Guión)
2013: Heli, de Amat Escalante (premio a Mejor Director)
2012: Post tenebras lux, de Carlos Reygadas (premio a Mejor Director)
2010: Biutiful, de Alejandro González Iñárritu (premio a Mejor Actor ex aequo y Premio Vulcan al Artista Técnico)
1965: Tarahumara, de Luis Alcoriza (premio FIPRESCI)
1963: El ángel exterminador, de Luis Buñuel (premio FIPRESCI)
1961: Viridiana, de Luis Buñuel (Palma de Oro ex aequo)
1953: La red, de Emilio “El Indio” Fernández (Prix International a Mejor Narración Visual)
1949: Pueblerina, de Emilio (premio a la Partitura Musical)
1946: María Candelaria, de Emilio (Grand Prix y premio a Mejor Fotografía para Gabriel Figueroa)

Venezuela

1985: Oriana, de Fina Torres (Cámara de Oro)
1959: Araya, de Margot Benacerraf (Premio ex.aexquo compartido, y Gran Premio de la Comisión Técnica)
1951: La Balandra Isabel llegó esta tarde (Mejor fotografía)

Brasil

2016: Cinema Novo, de Eryk Rocha (Ojo de Oro)
1986:  Eu Sei Que Vou Te Amar, de Arnaldo Jabor (Mejor Interpretación Femenina)
1982: Meouw, de Marcos Magalhaes (Mejor cortometraje)
1969: O Dragão da Maldade contra o Santo Guerreiro, de Glauber Rocha (Premio a Mejor Dirección)
1962: El pagador de promesas, de Anselmo Duarte (Palma de Oro)
1953: O Cangaceiro, de Lima Barreto (Gran Premio del Festival de Cannes)

Argentina

2016: La larga noche, de Andrea Testa (Un Certain Regard)
1988: Sur, Fernando Solanas (Mejor director)
1985: La historia oficial, de Luis Puenzo (Mejor actriz ex aequo)

Perú

2012: Los Anfitriones (Tercer puesto de la Cinefoundation)
2010: Octubre, de Daniel y Diego Vega (Un Certain Regard).

Colombia

2015: La tierra y la sombra, de César Acevedo (Cámara de Oro)
2014: Leidi, de Simón Mesa (Palma de Oro en Cortometrajes)
2014: Gente de bien, de Franco Lolli (Semana de la Crítica)
2009: La Playa DC, de Juan Andrés Arango (Un Certain Regard)
2009: 1989, de Camilo Matiz (Semana de la Crítica)
2005: Los viajes del viento, de Ciro Guerra (Un Certain Regard)
2000: Things You Can Tell Just By Looking At Her, de Gabriel García Barcha (Un Certain Regard)
1986: San Antoñito, de Pepe Sánchez (Semana de la Crítica)
1984: Cóndores no entierran todos los días, de Francisco Norden (Un Certain Regard)

Después de observar con detenimiento el avance del cine regional a través de la historia y de sus conquistas en Cannes, se puede interpretar que la industria ha avanzado lenta, pero en forma continua a través de las décadas.

Este compendio de películas que se ha ganado un lugar en la historia y en el corazón de los espectadores por participar en uno de los certámenes cinematográficos más prestigiosos del mundo, demuestra a simple vista, que la industria cultural está más viva que nunca al competir de igual a igual con Hollywood y los maduros mercados europeos; e incluso, ganarles a base de esfuerzo, sacrificio, técnica y talento.

El ascenso constante del cine en América Latina es el fruto de la unión de voluntades entre diferentes actores gubernamentales y del sector privado, lo cual genera sinergias interesantes y produce resultados históricos que garantizan el constante fortalecimiento y atracción de talento joven.

Este es un momento histórico para consolidar y materializar ante los ojos del mundo el buen trabajo realizado por miles de personas a lo largo de los años y dar el siguiente paso: convertir la región en un hub de la industria cinematográfica.

¡Adelante!