El internet y los avances tecnológicos, han transformado la manera en la que consumimos música. Cada vez se hace más fácil acceder a los discos y canciones que queremos, sin necesidad de comprar un álbum completo.

Con servicios de streaming como Spotify, y Deezer, que ofrecen millones de canciones para escuchar de manera gratuita, han empezado a surgir controversias con artistas como Taylor Swift, Tom York de Radiohead, Led Zepellin o el dúo estadounidense The Black Keys que acusan a estos servicios de no pagar lo suficiente por publicar sus álbumes, y se niegan a compartir su música dentro de estas plataformas.

¿Por qué lo dicen? Hay que recordar que hace un par de años la industria se enfrentó a una de las crisis más grandes que se hubiera presenciado, en la cual importantes músicos sufrieron pérdidas millonarias debido a la caída de ventas en los discos en versión física. Esto lo atribuían a factores como los servicios de streaming, video online como YouTube y VEVO, además de la piratería.

Sin embargo para muchos otros, estos servicios han llegado a salvar una industria que al parecer iba en picada. Resulta evidente que conforme avanza la tecnología, los usuarios empiezan a buscar plataformas más accesibles y cómodas. Ahora los smartphones traen todo tipo de aplicaciones y es posible tener todo en un solo aparato, en lugar de tener un teléfono y además un reproductor mp3. Grandes compañías como Apple, entienden este tan bien este panorama que además de lanzar su propio servicio de música, han decidido que el iPod deje de exhibirse junto a gadgets como el iPad o el iWatch, y empiece a venderse como accesorio.

Teniendo en cuenta todos estos factores, es necesario que la industria musical busque una forma de llegar a un acuerdo con los servicios de streaming que beneficie a ambas partes, considerando las ventajas que las plataformas digitales ofrecen como el poder llegar a mayor número de audiencias, en mayor número de territorios.

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