A lo largo de la historia, el ser humano ha pasado por tres revoluciones industriales. La primera, se caracteriza por el desarrollo de las máquinas de vapor y el surgimiento del ferrocarril; la segunda, fue consecuencia de la primera y se distingue por el descubrimiento de la electricidad y la creación de las fábricas y; la última, se define por los cambios que han ocurrido en las telecomunicaciones, vinculándola con el término “sociedad de la información”.
Cada revolución industrial es consecuencia de ciertos inventos y descubrimientos. “Son grandes transformaciones tecnológicas, sociales, políticas y económicas que implican un importante salto en la producción industrial y en la integración de la humanidad”. (Roberto Rave) Hoy en día, con base en esta definición, se puede asegurar que estamos viviendo una cuarta revolución industrial: la de la inteligencia artificial y la robótica.
A partir de la década de los 60s se ha vivido un desarrollo en las áreas de informática, mecatrónica y robótica con el objetivo de crear y combinar tecnologías físicas, digitales y biológicas que permitan ofrecer una mejor calidad de vida dando pie a la 4RI (Cuarta Revolución Industrial).
La inteligencia artificial, la automatización, la realidad virtual y la robótica ya son una realidad y son inventos que están avanzando a una velocidad impresionante. Su desarrollo está permitiendo que las nuevas tecnologías y el mundo físico, digital y biológico conecten entre sí. Ejemplo de ello, es el sistema Block Chain, el cual ayuda a disminuir la corrupción o, el internet de las cosas, que permite mejorar el servicio brindado por las empresas a sus clientes. El área de la salud tampoco se queda atrás, con la 4RI los adelantos en la medicina y sus procedimientos han sido cada vez más, gracias a la nanotecnología, la biomédica y la robótica. Estas tecnologías se están adueñando de la mayoría de las disciplinas impactando en la forma de involucrarnos como seres humanos, en la economía y en la industria.
Ante todos estos cambios que están sucediendo, ¿qué es lo que viene? Al igual que en revoluciones anteriores, la economía y la sociedad sufrirán transformaciones. Es cierto que muchos empleos desaparecerán debido a las capacidades de las máquinas. Sin embargo, de acuerdo a un estudio realizado por The Society of Business Economists, gracias a éstas se crearán muchos nuevos puestos de trabajo. El reto está en integrar las nuevas herramientas TIC como el Big Data, el Internet de las Cosas, la computación en la nube, la Realidad Virtual y Aumentada y la ciberseguridad junto a nuevos procesos como la fabricación aditiva, la automatización avanzada, la robótica autónoma y colaborativa, en el día a día de las empresas. Estas deben de comprometerse, evaluar su grado de madurez digital e invertir en su adaptación a la ciberindustria.
Por otra parte, las nuevas tecnologías pueden ser herramientas que permitan la disminución de la desigualdad de oportunidades al permitir un acceso fácil, económico y eficaz a múltiples servicios. Aquí es importante que los gobiernos asuman la responsabilidad de invertir en el desarrollo del país e integrarse en la transición tecnológica. De lo contrario, existe el riesgo que, para los productores locales y la clase baja, estas tecnologías sean inasequibles.
La 4RI ya es un hecho y está sucediendo, por lo que sólo quedan dos opciones: innovar y renovarse mediante la incorporación de los últimos avances tecnológicos y la adaptación a este nuevo escenario. No hacerlo puede ocasionar, a largo plazo, repercusiones en los países y las empresas de magnitud económica, alimentaria y social en general.