El pasado 22 de septiembre se llevaron a cabo los Premios Emmy 2019 en el teatro Nokia, donde se reunieron varios de los principales exponentes de la televisión, para ser reconocidos por su trabajo. Al igual que los Óscar de este año, los Emmy no contaron con conductor fijo, se presentaron entre varios actores y actrices que se encargaron de darle vida a la ceremonia.

Entre los ganadores de este año, destacaron series como Games Of Thrones, Fleabag, Chernobyl, RuPaul’s Drag Race, Fosse/Verdon, The Act, Killing Eve, When They See Us y Black Mirror; no sólo por la cantidad de nominaciones recibidas y Emmy ganados, sino también por la huella que dejaron en la audiencia.

Algunas de estas producciones fueron tendencia antes de los Emmy, como Black Mirror: Bandersnatch, que ofreció un nuevo formato para ver cine por televisión. La película da opción de elegir algunas de las acciones del protagonista, lo que deriva en diversos finales y hace que ver Bandernstach sea una experiencia interactiva. Su originalidad hizo que recibiera el Emmy a mejor película para televisión.

Games of Thrones (GoT) es otra de las series que destacó, por cuarto año consecutivo, en los premios Emmy. Esta vez superó su récord, acumulando 32 nominaciones. A pesar de no ganar en varias categorías, se llevó el premio a la mejor serie dramática y al mejor actor secundario. Personalmente, la exitosa estrategia de la serie en redes sociales me llama especialmente la atención: los mismos fans fueron los que impulsaron la producción, convirtiéndola en tendencia durante sus ocho temporadas.

La diversidad y los discursos de inclusión no faltaron durante la noche. Billy Porter, ganador del premio a mejor actor protagonista en drama por la serie Pose, habló sobre la importancia de valorarse a uno mismo y luchar contra la discriminación y exigir tus derechos. La propia serie reivindica el papel de la comunidad trans en la cultura queer y retrata las dificultades que atravesó este grupo durante los años ochenta. El reconocimiento como mejor reality de competencias que le otorgaron al programa RuPaul’s Drag Race es también un reflejo de cómo la diversidad se ha abierto camino en el mundo del entretenimiento.

Michelle Williams, ganadora del Emmy a mejor actriz protagonista de miniserie por Fosse/Verdon, abordó el tema de la desigualdad salarial en el cine y agradeció que se le haya pagado el mismo sueldo que a su coprotagonista, Sam Rockwell. Resaltó que la equidad entre hombres y mujeres aún no es una realidad en todas las producciones y que es importante seguir avanzando por ese cambio. También apuntó que es indispensable eliminar la brecha salarial entre las mujeres caucásicas y de color “porque un día podrían pararse frente a ti y decirte: este éxito es gracias al entorno laboral y no a pesar de él”.

La ganadora del premio a mejor actriz de reparto de miniserie, Patricia Arquette por The Act, fue otra de las figuras femeninas que dio un discurso inspirador. En él, recordó a su hermana Alexis Arquette, activista y actriz transexual que falleció en el 2016 debido a una complicación derivada del VIH. Hizo un llamado para detener la discriminación contra las personas trans, exigiendo que se respeten y se les brinden las mismas oportunidades que al resto.

Estos premios muestran que la industria televisiva sigue cambiando. HBO y Netflix se están posicionando entre las mejores casas productoras de series, ofreciendo contenido nuevo, más allá de la televisión convencional. Es destacable cómo temas que hace algunos años resultaban polémicos se abordan ahora frontalmente. Ejemplo de ello es la serie de When They See Us, que visibiliza la discriminación y la violencia que sufren las personas de color, a través de la historia de cinco amigos que fueron injustamente obligados a confesar la violación de una mujer blanca.

Se espera que la televisión siga ampliando sus opciones y aproveche la apertura cultural y las nuevas tecnologías para mejorar la experiencia de los usuarios y así pueda continuar ofreciendo producciones de calidad.